¿Creamos una comunidad energética?

Las comunidades energéticas han cobrado mucho protagonismo en los últimos meses. Pero, ¿sabemos qué ventajas supone crear una de ellas? La verdad es que las ventajas son muchas, pero quizá las más destacadas son: la reducción de costos, sostenibilidad, resiliencia energética, empoderamiento comunitario y fomento de la innovación.

Al compartir recursos energéticos entre los miembros de la comunidad, se pueden reducir los costos de energía; además, la creación de una comunidad energética puede fomentar el uso de fuentes de energía renovable y sostenible, lo que contribuye a la reducción de emisiones de carbono y al cuidado del medio ambiente.

Otra característica que las diferencia es que las comunidades energéticas pueden ser más resilientes ante cortes de energía, ya que pueden contar con sistemas de generación distribuida y almacenamiento local. Indudablemente, los miembros que forman parte de este tipo de comunidades pueden sentirse empoderados al tener un mayor control sobre el suministro energético y al tomar decisiones sobre su propia energía. Y no debemos olvidarnos de que pueden promover la innovación tecnológica y social en el ámbito energético, algo que se convierte en un beneficio general para esa comunidad.

BatVol , Corazón comunitario